Con las fotos que hacemos hemos de explicar lo que queremos contar, o recoger aquello que queremos recordar. No te olvides que las fotos son el ingrediente principal para conseguir un álbum de fotos espectacular.
Para hacer una foto, primero hemos de observar y en un momento dado tendremos claro qué queremos contar o recordar, a partir de ahí decidimos la composición, es decir, qué elementos incluir en nuestra foto, como queremos que queden colocados, y por tanto desde donde hacer la foto.
A continuación encuadramos con la cámara lo que ya tenemos claro en nuestra cabeza, ahora ya con la cámara en mano y mirando por el visor o la pantalla, enfocamos y decidimos que parámetros de exposición vamos a usar según lo que queramos conseguir y donde midamos la luz (estos parámetros, que son la apertura del diafragma, la velocidad de obturación, y el ISO, los podemos ajustar todos nosotros en modo manual, en modo automático, o solo alguno de ellos en los modos semi automáticos, de disparo de prioridad a la apertura, o a la velocidad). En un smartphone probablemente solo podremos decidir donde medir la luz, compensar la exposición (oscurecer o aclarar la imagen), ajustar el ISO, y la velocidad de disparo (o ninguno de ellos si sólo permite modo automático).
Por supuesto que a la hora de componer y posteriormente encuadrar, deberíamos tener decidida la focal a usar, o dicho de otra manera el objetivo a utilizar y/o el “zoom” que vamos a fijar (que es lo que determina la distancia focal). Los smartphone no tienen normalmente zoom óptico, y solo disponen del digital que es mejor no usar por la pérdida de calidad (usar las piernas para acercarnos o alejarnos nosotros, suponiendo que podamos), pero es cierto que muchos modelos incorporan más de una cámara trasera con distintas focales (distintos objetivos o nivel de zoom) que si podemos usar.
Veamos un ejemplo para entender cómo dedicar unos momentos a observar y decidir la composición y el encuadre, cambia una foto. La primera es la típica del 95% de los turistas (al llegar a la ubicación, sin más, hago la foto como la mayoría de los que están por allí).
En la segunda he dedicado unos instantes para observar y decidir la composición y encuadre (me espero, pienso, me muevo para conseguir lo que quiero, y luego hago la foto).
Ahora vamos a comentar un poco más en detalle cada uno de estos 5 pasos, pero no os asustéis que no estamos hablando de horas para todos ellos, ni siquiera minutos (puede que para alguna foto nos lleve un par de minutos, pero serán la minoría). Estos 5 pasos que deberíamos dar para cada foto normalmente serán segundos, y cuanto más práctica más rápidos seremos.
Es ir mirando lo que tengo a mi alrededor e ir viendo posibles fotos. Cuando llegamos a ese sitio típico, turístico, súper fotografiado, no debemos llegar y hacer la foto. Lo primero es observar, darnos una vuelta alrededor, y decidir qué queremos contar o tener para nuestro posterior recuerdo.
Componer es algo que debemos hacer sin la cámara. Tenemos que tratar de ver que luz tenemos y por dónde llega, para buscar la posición y el ángulo idóneos para nuestra foto. Hemos de ver si hay algún elemento que nos estorba o molesta para la foto que queremos hacer, o al revés, cosas que nos interesan.
En este punto (y el siguiente) es donde entran en juego las reglas de composición que hemos visto en algún post anterior, sobre trucos para hacer buenas fotos, como la regla de los tercios, de la mirada, colocación de horizontes, etc.
“Como me tengo que acercar para conseguir la composición y encuadre que he decidido, no me muevo y uso el zoom que es más cómodo” … esto es un error. Si nos tenemos que acercar o alejar para hacer la foto que tenemos pensada, lo ideal es que nos movamos nosotros (salvo que sea imposible, porque estamos ya tocando con la espalda en una pared, o estamos al borde de un río que no podemos cruzar, etc.)
La distancia focal (objetivo a usar, o focal elegida en nuestro zoom) la debemos fijar en función del resultado que queramos tener.
En relación con la distancia focal a usar, os recomendamos objetivos angulares (zoom al mínimo para alejarnos) para paisajes, y teleobjetivos (zoom al máximo para acercarnos) para retratos (aunque esto implique que nos tengamos que alejar nosotros con la cámara del sujeto para que entre correctamente en el encuadre). Este tema lo trataremos más en detalle en un próximo post sobre trucos para hacer buenas fotos.
Comentar también que los angulares dan más sensación de profundidad y se consigue que tengamos casi todo enfocado, desde lo más cercano a lo más alejado (mayor profundidad de campo, que se dice técnicamente), y los teleobjetivos (o zoom al máximo), nos aplanan la imagen (disminuyen la sensación de profundidad) y tenemos una zona más pequeña enfocada (menor profundidad de campo), pudiendo conseguir el efecto de desenfocar el fondo de la foto.
Antes de continuar recomendaros NO usar el zoom en los smartphones, salvo que tengáis un móvil con varias cámaras traseras. A día de hoy hay muchos móviles con varias cámaras traseras, dos o incluso más, con distintos objetivos o nivel de zoom que permiten pasar de un angular que sería 1x, a un intermedio entre angular y tele que sería un zoom de 2x, teleobjetivos con un zoom mayor de 2x, o incluso ultra gran angular de 0,5x . Podemos por tanto usar la cámara que más nos convenga en función del objetivo que lleve, y es como si tuviésemos una cámara con distintos saltos de valores fijos de zoom. Otra cosa es el zoom de los smartphone que podemos hacer con cada cámara que es digital (el que hacemos “pellizcando” en pantalla), y realmente lo que hacen es un recorte y ampliación de dicho recorte al tamaño original, por lo que la imagen pierde calidad (pixelado). Esto mismo aplica para el zoom digital que tienen muchas cámaras compactas, además del zoom óptico (que es el bueno).
Encuadrar es, ya con cámara en mano, hacer un recorte de la realidad que estoy viendo. Por supuesto, dicho recorte lo haremos en base a la observación previa y la composición que hemos decidido.
En este punto nos aseguramos que en nuestra foto salen los elementos que queremos mostrar, y es conveniente revisar bien lo que tenemos en el fondo. Es importante la relación entre nuestro motivo principal en la foto y el fondo, y debemos cuidar que no haya nada que nos “estorbe”. Comprobar especialmente las esquinas de nuestro encuadre (el marco de nuestra foto), que es donde normalmente menos nos solemos fijar.
A partir de aquí ya empezamos a interactuar con la cámara o el smartphone.
Esto en principio puede parecer fácil, ya que las cámaras tienen cada vez sistemas más sofisticados de enfoque, evalúan muchos más puntos dentro de la escena a la hora de enfocar, y por tanto son cada vez más rápidos y más precisos.
Dicho esto, la realidad es que no es tan obvio hacer fotos en las que salga enfocado lo que queremos si no conocemos los modos de enfoque de nuestra cámara y cómo funcionan, así como los puntos de enfoque que puede usar.
Si lo dejamos todo en automático con los valores por defecto, la cámara siempre decidirá por nosotros donde y que enfocar, lo que significa que no tenemos el control. Esto se puede traducir en muchas ocasiones en obtener la foto con el enfoque donde no lo queríamos.
Como recomendación para el 95% de las fotos que hagamos, usar el modo de enfoque sencillo, y desactivar todo tipo de sistemas automáticos como detección de caras, detección de sonrisas, detección de mascotas, o similares.
Por último, respecto el punto de enfoque a usar, desactivar el matricial que contiene múltiples posibles puntos de enfoque, y usar el punto central.
A partir de aquí, usaremos el método de enfocar y reencuadrar para conseguir la foto que queremos, tal y como ya contamos en nuestro post anterior, donde también contamos cómo hacer todo esto con un smartphone.
Recordar también que normalmente con un smartphone siempre sale todo enfocado (mucha profundidad de campo), ya que normalmente tienen objetivos fijos (sin zoom óptico) angulares, los sensores son muy pequeños (captan poca luz), y no tenemos un diafragma que podamos controlar. Y no olvidéis que se puede enfocar tocando sobre la pantalla en el lugar exacto donde queremos enfocar (en esa zona también medirá la luz).
En función de la luz que tengamos, que se encarga de medir nuestra cámara, hemos de decidir qué parámetros de exposición vamos a usar, según lo que queramos conseguir. Estos parámetros, que son la apertura del diafragma, la velocidad de obturación, y el ISO, los podemos ajustar nosotros en modo manual, solo alguno de ellos en los modos semi automáticos de disparo de prioridad a la apertura o a la velocidad, o podemos dejarlos todos en manos de la cámara si usamos el modo “auto” de disparo.
Como recomendación usar siempre el ISO más bajo posible, y solo subirlo si no hay otra manera de conseguir la foto sin que salga movida (trepidación) por falta de luz, y no poder usar trípode ni flash. En su defecto podemos usar el ISO en automático que en las cámaras actuales funciona bastante bien en la mayoría de las situaciones.
Aquí ya depende de la cámara que tenga cada uno, y de los conocimientos y práctica de cada persona. En los smartphone nos podremos salir del modo auto, con la propia App de cámara del teléfono, o con aplicaciones de terceros que podemos descargar, teniendo en cuenta las limitaciones que ya conocemos, al no tener un diafragma que controlar, incorporar una focal fija tipo angular, y tener un sensor pequeño que capta poca luz.
¿Qué podremos controlar de forma manual en un smartphone?. Pues podremos controlar el ISO, la velocidad de obturación y normalmente podremos subir o bajar la exposición que significa subir o bajar la luz de nuestra foto (lo que se llama compensación de la exposición). No podremos controlar es la apertura del diafragma (son de apertura fija). Para oscurecer o aclarar nuestra imagen, después de haber tocado en pantalla para elegir la zona de enfoque (que recordamos es donde también nuestro teléfono medirá la luz), apoyaremos nuevamente el dedo en pantalla al lado del cuadro de enfoque que nos ha salido (fuera de dicho cuadro) y sin levantarlo deslizar hacia abajo/izquierda (oscurecer) o hacia arriba/derecha (aclarar). En algunas aplicaciones de cámara tenemos una opción específica para controlar la exposición, normalmente indicada como “Exp” o un símbolo “+/-“, y al seleccionar dicha opción nos aparecerá un control deslizante que podremos mover para oscurecer o aclarar la imagen.
En algunas aplicaciones de cámara nos pueden aparecen unas zonas sombreadas o rayadas cuando estamos haciendo la foto y en concreto modificando la exposición con la compensación, que nos indican zonas de nuestra fotografía que están sobre-expuestas (tienen demasiada luz). Hemos de intentar ajustar la exposición evitando zonas quemadas en nuestra foto salvo que sean zonas muy pequeñas de la misma y no nos interese bajar más la exposición general de la foto.
También es probable que tengamos, tanto en nuestro smartphone como en nuestra cámara digital, modos de escenas predefinidos para hacer fotos en situaciones típicas, como “Playa”, “Interiores” o “museo” donde suele haber poca luz, “retrato”, “deporte” para fotos con objetos o sujetos en movimiento, etc. Usando estos modos se ajustan de forma automática los parámetros antes descritos para obtener la foto de la forma más adecuada a la situación que tenemos delante.
Ya has puesto en práctica estos consejos y tienes unas estupendas fotos …, pues recuerda no dejarlas en el fondo de tu disco duro, y encarga tu álbum de fotos con nosotros, y así podrás recordar esos momentos y compartirlos con amigos o familia cuando quieras.